«Mamá, ¿qué es más importante: nosotros, tu móvil o tu ordenador?»
Esta pregunta me la hacen muchas veces.
Los niños, claro.
Especialmente iHer.
Me parece una crueldad. En serio. No recuerdo haberle preguntado a mi madre nada parecido entre 1980 y 1990. Claro, que ella no tenía móvil. Pero sí tenía trabajo y le dedicaba mucho tiempo….
El caso es que en ocasiones me preguntan qué miro en el teléfono cuando aparecen en la cocina por la mañana (después de mis doscientos paseos por cada cuarto en modo despertador humano). Me preguntan por qué me quedo trabajando delante del ordenador en lugar de llevarles al cole (van en ruta). Me preguntan por qué muchas tardes, ya en casa, sigo delante del ordenador en lugar de tirarme en el suelo a jugar a las Barbies o con los Legos… Me lo preguntan justo cuando Twitter se pone a mil o me llegan 10 correos nuevos, justo a las 7 de la tarde, en medio de los baños (algún día me electrocutaré).
También me lo preguntan cuando me voy muy pronto de casa porque tengo una reunión (importante) y ven que pido un taxi a través de una app.
O cuando no llego a la cena ni al cuento ni a la canción-de-antes-de-dormir porque he tenido un evento (de esos de networking, por ejemplo); he llegado a mandar a iHim una nota de voz con la nana grabada…
O cuando un sábado hay un congreso al que tienes que asistir, no puedes llevarles al parque y los coges a todos para pasar el día en Cybercamp…
Ahora me «critican» incluso más que antes. Ahora que soy no autónoma, sino lo siguiente… Dicen: «pero si ahora no tienes jefe…», «qué morro que estás todo el día en casa metida en tu despacho buscando cosas en Google (mi despacho es una cueva)», «estás todo el tiempo mandando tuits a Estados Unidos»…
iHer lo pregunta como con mala leche. Sin el como.
No se lo preguntan a iHim.
Y tampoco me lo preguntan a mí cuando:
- lo dejo todo para hacer de profe voluntaria en su cole, documentándome previamente en Pinterest, por ejemplo (2 h)
- ayudo al grupo de madres a preparar una actividad que requiere de conocimientos en coaching, diseño gráfico, habilidades manuales o manejo del Excel (3 h)
- les llevo a una fiesta entre semana, en las afueras, con el coche pequeño que no tiene GPS y por tanto implica el uso de Google Maps (3 h )
- me invento una poesía para el festival escolar de iLast – sin tecnología (30 min)
- me quedo sin comer para ir a un chino a comprar las gomas de las pulseras de moda – sin tecnología (20 min)
- dedico una hora a WhatsApp para conseguir el móvil de la madre de ese niño que toca la batería y a lo mejor quiere montar una banda de rock con iFirst (pues eso, 1 h)
- me paso dos semanas investigando en Google dónde apuntarles a patinaje o dónde encontrar esa zapatilla que le gusta o cuál es el mejor sitio para celebrar su cumpleaños (dos semanas)
- les enseño a usar PowerPoint para hacer un trabajo (incluso a iHim le explico cómo funciona Keynote)
- preparo un disfraz de campesino cubista para la actividad de turno, again con Pinterest (tiempo indescriptible)
A veces, los niños son crueles. ¿O soy yo la nomofóbica mayor del reino? Me siento TAN mal cuando me lo preguntan… A veces me gustaría ser más super-mamá y dedicarles TODO EL TIEMPO. Tirar el móvil a la basura. Bueno, no sé si tanto. Pero casi siempre, si soy sincera y realista, me doy cuenta de que si les dedicara todo el tiempo me volvería loca y no sería, necesariamente, mejor madre.
Bss,
M.
PD1. Nunca sabréis las valoraciones que hacen mis iKids sobre las ilustraciones que hago para el blog…
PD2. Ni pensar quiero en lo que opinarán algun@s sobre este post y mi ejercicio de la maternidad…
