María, 16 de febrero, 2016

Revelador estudio sobre tecnología y niños de 0 a 8 años en España #ePaternidad #digital08jrc

Gracias a Twitter he descubierto a David Poveda -profesor titular, coordinador del grupo de investigación y subdirector del Departamento Interfacultativo de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM)-. Con él, he conocido (virtualmente) al grupo de investigación Infancia Contemporánea, enmarcado en la misma universidad. Y gracias a que los sigo, ha llegado a mis manos el informe «Young Children (0-8) and Digital Technology«.

Este estudio de 2015 investiga la presencia online y el uso de la tecnología por parte de los más pequeños de la casa. Se trata de una investigación coordinada por la Comisión Europea -Joint Research Centre, Institute for the Protection and Security of the Citizen (IPSC), Digital Citizen Security Unit & Empowering Citizen’s Rights in Emerging ICT (ECIT) project-. Se ha llevado a cabo en varios países y ésta ha sido la primera vez (de las dos existentes) que ha participado España.

Me ha parecido especialmente interesante porque aborda el impacto de la tecnología sobre la vida familiar y especialmente sobre los hábitos de iKids pequeños. Casi todo lo que llega a nuestras manos (evidencia estadística o sociológica y noticias) tiene que ver con niños más mayores, especialmente adolescentes. Pero todos sabemos que los más pequeños tienen también contacto con la tecnología, con Internet, con dispositivos móviles o fijos…

La investigación pretende sentar las bases de una corriente que de forma continuada analice el uso que los menores de 8 años hacen de Internet y de los dispositivos digotales (smartphones, tabletas, ordenadores, juegos) en su casa y en el contexto familiar. Se analizan el impacto, los beneficios, los riesgos, el nivel de comunicación familiar, cómo el uso tecnológico de los padres incide sobre el de sus hijos, cómo se controla la conexión, cuáles son las percepciones generacionales sobre la tecnología…. En fin, un estudio piloto que ha hablado con 70 familias europeas (11 en España). En nuestro país, han aportado su tiempo y experiencia la UAM y la Universidad Autónoma de Barcelona.

Conclusiones del estudio

  • Los dispositivos favoritos de los más pequeños son la tablet y la televisión.
  • El uso que dan a los dispositivos digitales se relaciona fundamentalmente con el entretenimiento: ver videos, jugar con apps, ver dibujos o, en ocasiones, leer. En estas edades no hay apenas uso educacional, salvo si los padres recurren a la tecnología para fomentar, por ejemplo, que aprendan idiomas o contenidos específicos.
  • Los niños utilizan los dispositivos de forma autónoma, controlados por las reglas que marcan los padres. Casi ninguno de estos niños tiene móvil propio pero sí acceden al de sus padres -actual o antiguo- para jugar. Ninguno de los niños está aún en redes sociales.
  • Los padres, de distintos perfiles tecnológicos y habituados a utilizar dispositivos en su vida profesional, tratan de equilibrar el uso de la tecnología por parte de sus hijos con otras actividades al aire libre.
  • La mayoría de las casas cuentan con varios dispositivos, independientemente del tipo de familia, de la zona en la que viva o del nivel de ingresos. No obstante, el uso de dispositivos se ve claramente conectado a la ocupación de los padres y a su ideología.
  • Los niños aprenden «solos» a utilizar los medios digitales, pero bajo la observación de sus padres.
  • Los niños perciben la tecnología de forma positiva, conectada al entretenimiento. Cuando hablan de algo negativo, lo hacen a modo de repetición del mensaje escuchado a los padres. Los padres, por su parte, reconocen que la tecnología va a formar parte de la vida de sus hijos; es algo «irremediable».
  • Los padres expresan preocupación en relación con acceso a contenidos inapropiados y con la posibilidad de conectar con desconocidos. En la mayoría de los casos no se tuilizan aplicaciones de control parental ni filtros.
  • Los padres perciben la tecnología como «enemigo» de la actividad física o de una forma sana de relacionarse. Admiten que recurren a la tecnología, en ocasiones, para entretener al niño.
  • Los padres organizan la vida digital de sus hijos de dos formas:
    • 1) marcando limites sobre el acceso al dispositivo y las posibilidades de conexión, dejando después que el iKid haga uso de éste (ya que se supone que lo puede hacer con seguridad);
    • 2) permitiendo la conexión y «haciéndolo» con ellos. Se detecta una relación clara entre el miedo de los padres y las estrategias de control que ejerzan.

Me ha llamado especialmente la atención, dentro de la percepción positiva de la tecnología que tienen los iKids, que el uso que hacen de la conectividad y los dispositivos tiene que ver con sus «ruling passions«. Es decir, frente a la creencia de que son consumidores pasivos de la tecnología, en realidad con frecuencia usan los dispositivos para profundizar en cosas que ya les gustan en la vida «real»: cocinar, bailar, dibujar… Lo que aprenden online se une intrínsecamente a lo que hacen offline.

Recomendaciones

A partir de las conclusiones de la investigación, los responsables del estudio recomiendan:

  • promover la auto-regulación del niño, de forma contraria a lo que la mayoría de los padres hacen para regular el uso de la tecnología.
  • pensar dos veces sobre la eficacia de potenciar una relación con la tecnología basada en limitaciones de acceso (físico y virtual). Si cierras el acceso a Internet, por ejemplo, facilitas el uso autónomo del niño porque te quedas más tranquilo sobre seguridad, pero se retrasa la experiencia online, que es la base de la conectividad. Para permitir este aprendizaje y aun así sentirse tranquilo respecto a lo que pueda hacer el iKid, hay que buscar alternativas.
  • explorar maneras en las que padres e hijos compartan el uso de la tecnología, ampliando la experiencia digital del iKid y manteniendo la sensación de control por parte de los padres. El estudio muestra que la actividad digital de los niños de estas edades suele ser individual, sin interacción con otros. Pero podemos fomentar que no sea un uso solitario.

En fin, la conclusión más llamativa es quizá que los niños, una vez has decidido como padre o madre en qué condiciones va a tener una relación con la tecnología (más controlada, más libre, más de navegación o más de entretenimiento) inician una experiencia individual que recorren ellos solos. ¿Quizá esto nos debería hacer pensar?

Si quieres leer el informe aquí tienes varios enlaces:

Y si por alguna razón te da pereza leerlo ya mismo, al menos echa un vistazo al resumen que hace poco publicó el diario ABC, en el que se destaca que «los padres demandan recursos para enseñar a sus hijos un uso correcto de las nuevas tecnologías antes de que alcancen la adolescencia».

Bss,

M.

PD. La foto que ilustra el post está sacada del documento original del informe y se acredita a la URL https://repositorio.uam.es/xmlui/bitstream/handle/10486/669336/young_matsumoto_report_2015.pdf?sequence=5. Los autores del estudio son Matsumoto, Mitsuko; Aliagas, Cristina; Morgade Salgado, Marta; Correro, Cristina; Galera, Nieves; Roncero, Cristina; Poveda, David.

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