María, 28 de abril, 2020

Homeschooling y competencia digital de los iKids: el papel de la familia

Una de las consecuencias inmediatas del homeschooling derivado del cierre de colegios por la crisis sanitaria que vivimos es el «abrir de ojos generalizado» respecto a los estudiantes y la tecnología. No hablo de la brecha digital de acceso a la tecnología ni de la eficacia pedagógica de las clases virtuales, ni de los planteamientos de docentes ni de la sobrecarga de los padres. Hablo de los estudiantes y de sus competencias digitales.

Todo esto nos ha abierto los ojos. Porque de nativos digitales, como ya compilaron Susana Lluna y Wicho en su libro «Los nativos digitales no existen«, nada de nada.

Son nativos porque han nacido en una época ya digital. Son nativos porque, de pura curiosidad y ganas, le cogen el tranquillo a descargarse apps, abrirse cuentas y perfiles, jugar partidas, grabar videos, subir videos, editar videos, poner filtros, mandar mensajes, pasar de un chat a otro con naturalidad, reenviar, eliminar, compartir y dar a like.

Pero no son nativos de nada en cuanto a competencias digitales. En cuanto a entender cómo funciona la tecnología, a aprovechar la tecnología para gestionarse mejor-aprender mejor-presentarse mejor-, a utilizar la tecnología para su día a día cuando ese día a día se ve revolucionado por, digamos, una pandemia vírica.

Ya lo dice Maestra de Pueblo en Twitter: «(a los docentes) Os veo quejándoos mucho de la competencia digital del alumnado estos días. No saben mandar un mail ni adjuntar un PDF… ¿Alguien se lo ha enseñado? ¿Cuántas horas se dedican a la competencia digital? ¿A cuántos docentes les parecía todo esto una chorrada? Pues eso«.

Son muchos los que hablan sobre el tema estos días. Profesores, padres, expertos en educación… Con más o menos ironía. La realidad es que llevamos años tratando de impulsar la competencia digital del propio docente y también la de los alumnos. El marco de la Unión Europea así lo defiende. Y sin embargo, anclados en lo de los nativos digitales o en el enfoque apocalíptico sobre la tecnología en la escuela, hemos avanzado poco.

Y al acceso mayor o menos a la tecnología en tiempos de pandemia, al propio rendimiento académico del alumno cuando no va a clase, a la preparación más o menos adecuada de profesores en términos de docencia a distancia… se une la escasa alfabetización tecnológica funcional de muchos estudiantes.

En muchas casas y en lo que tiene que ver con el homeschooling coronavirusero, los iKids se descargan la plataforma que les digan, pero ni idea de lo que están haciendo (como primer paso, a veces ni son capaces de comportarse en una videollamada, pero eso es otra historia).

No saben editar PDFs o no saben escribir un mail (bien escrito y respetando el contenido que debe ir en cada sitio de un mensaje), o no saben convertir archivos, o no saben editar audios, o no saben gestionar una agenda digital, o no saben configurar dobles autentificaciones e instalar medidas fiables de ciberseguridad. No siempre saben funcionar entre plataformas combinadas, no siempre saben utilizar padlets… Los más pequeños, los medianos y los adolescentes han oído hablar de ciberacoso, grooming, sexting, contraseñas que no sean 1234, pero lo de la alfabetización digital no lo tienen tan repasado. Y nunca ha corrido tanta prisa como ahora.

Lo he contado en varias ocasiones, porque es uno de los pilares de mi trabajo. Nuestros hijos necesitan ser formados en su convivencia emocional, intelectual y funcional con la tecnología. Son las distintas alfabetizaciones.

Todo esto no me lo invento. Por una parte, me llaman de colegios con los que ya he colaborado antes, para aplicar formaciones «de urgencia». Pero sobre todo, lo veo. En mi casa y en otras casas. Los «nativos digitales» saben tocar una tablet, poner un filtro de orejas de conejo y poner emojis en un chat, pero NOS NECESITAN para aprender sobre otras cosas importantes.

No van a aprender solos. Y está claro que sus profesores tienen que ayudar -de ahí la inversión en competencia digital docente-.

PERO EL TRIÁNGULO ESTARÁ INCOMPLETO SI NO SE FOMENTA LA ALFABETIZACIÓN DIGITAL EN LOS PADRES.

Incluso aunque tú mismo no entiendas mucho, puedes ayudar. Ayudar primero a entender que no se sabe todo, ayudar después a estar dispuesto a aprender buscando fuentes de información y conociendo prioridades.

No des por sentado que tus iKids saben mucho, pero mucho mucho de tecnología. Echa un vistazo, pregunta, observa… ¿Cómo mandan sus trabajos? ¿Qué herramientas una? ¿Las utilizan bien? ¿Tienen dudas que podáis consultar juntos? ¿Cómo envían los mails o los mensajes? ¿Cómo archivan sus tareas? ¿Qué plataformas utilizan y cómo son sus perfiles?


Seguro que podemos aprender en familia sobre estos temas… 

1.- Ejemplos con los pequeños (a partir de 8 años):

  • Cuando tengan que mandar sus tareas, mira (y habla) con ellos qué tipo de documentos son y cómo los enviáis.
  • Si eres tú quien escribe el mail al profesor con las tareas, léelo con tu iKid. Si el mensaje lo escriben ellos (es lo que yo estoy promoviendo en mi casa), necesitan que haya unas bases: dáselas tú – dirección de envío, título del mensaje, inicio con saludo, contenido y tono, despedida, revisión antes de envío-.
  • Si sus tareas son, por ejemplo, presentaciones o documentos editables, observa si saben cómo guardar cambios o diles tú cómo hacerlo.
  • En el caso de iLast (10), lo primero que hicieron sus profesores al iniciar videollamadas fue explicar cómo desactivar altavoz para respetar turnos. Apoya esa etiqueta en las clases virtuales, como apoyarías que tus iKids supieran comportarse en el aula.
  • Habla con los niños sobre los procesos digitales implicados en su cole-en-casa. Plataformas, envíos, cómo guardáis los documentos con las tareas…

2.- Ejemplos con los adolescentes: 

  • Gestión del tiempo: quizá se pueden utilizar herramientas como Trello para organizar la agenda, o alarmas de tiempo para recordarnos citas, clases o entregas. Si no vas a retirar el móvil de tu teenager mientras estudia o está en clase, quizá puedes invitarle a recurrir a configurar tiempos de apagado o silencio.
  • Seguridad: quizá se pueden utilizar gestores de contraseñas para guardarlas bien y tenerlas integradas en dispositivos; quizá se puede aplicar la doble autentificación en perfiles y la descarga segura, quizá se pueden instalar antivirus en estos tiempos de otros virus que hacen que todos usemos todo tipo de plataformas de video llamadas…
  • Utilización de archivos: selección de PDF, jpg, png… en función de la idoneidad de cada caso, conocimientos mínimos sobre compatibilidad entre sistemas y sobre envíos seguros de archivos de gran peso, inclusión de contenidos audiovisuales en presentaciones, generación de enlaces, formas de incluir bibliografías en trabajos o de guardar documentos en el dispositivo…
  • Etiqueta de la comunicación online: maneras de escribir y completar un mensaje, formas en la asistencia a y participación en videollamadas, formas correctas de incluir nomenclaturas en documentos electrónicos…

Y tantas cosas más…

En fin. Palabrita de iWomanish. Los iKids no saben todo lo que creemos que saben sobre tecnología. Y muchas cosas, TE LO PROMETO, las pueden aprender contigo. Hablando, sin dar por sentado que saben, sin darse por vencido en caso de que no sepas tú.

Besos,

M.

PD. Otras lecturas:

 

2 respuestas a “Homeschooling y competencia digital de los iKids: el papel de la familia”

  1. Alberto dice:

    Pues no te digo nada cuando sales de Madrid. Antes de esto, ninguno de los profes de mi Cole tenía ninguna competencia digital. Hacer un PowerPoint era lo más. Y lo digo con conocimiento de causa, porque soy su experto de cabecera (qué triste). Analfabetos digitales que no abrían el aula Althia… Porque no había nadie capacitado para hacerlo. Me gustaría abundar en el tema, pero es que cero es igual a cero, en todos los ámbitos. Te podría contar historias que te pondrían los pelos de punta.

    Pero a nivel institucional no es mejor: mira la plataforma Papas 2.0 (léase sin tilde), se cae constantemente con 20K usuarios. Y completamente disfuncional.

    El primer día de encierro (el oficial, no el nuestro), me ofrecí para ayudar a montar un Classroom para todo el colegio… “Gracias, pero no, gracias”. Un mes después lo ponen en marcha para los de sexto, pero ni siquiera está toda la clase. A día de hoy, solo hay colgadas dos tareas y un vídeo de presentación. Mensajes por Papas de las profesoras agobiadas porque “no están acostumbradas a trabajas así. Echan de menos la pizarra”.

    Y no hablemos del pastel que hemos descubierto: profesores con faltas de ortografía, teachers que no saben inglés, links a YouTube que tienes que teclear… Con comentarios que… Tela. La formación de nuestros docentes es deficiente en todos los aspectos.

    En los colegios concertados me dicen que es ligeramente diferente, o incluso mucho mejor. Así que no me extraña el aprobado general encubierto que quieren dar: es que de donde no hay, no se puede sacar.

    Pero también hay para los padres, claro. Long story made short: Fortnite está on fire.

    Gracias a San Google, representando a todas las “malvadas empresas que roban nuestros datos”, podemos seguir adelante. Róbame, Google ladrón, que me dejo. La administración también tiene mis datos, pero no me da nada a cambio. El Monosílabo ha enseñado al iLast a leer, la Wikipedia Historía a iFirst, Netflix inglés a todos y la civilización no ha sucumbido gracias a Amazon, que nos provee de lectura… Y comida.

    Desesperación es poco. Abraracurcix se queda corto en su cansancio vital. Esto es la T.I.A. Ahora entiendo a los americanos que quieren educar a sus hijos en casa. Es muy muy triste. Afortunada tú que tienes el problema de que en las videollamadas no haya etiqueta.

    Ah. Y no hay brecha digital. La hay educacional. Todo el mundo tiene su acceso a internet, su tablet, y su play, por lo menos aquí (y sabes que no vivo precisamente en la Moraleja). Lo que hay es una brecha educacional descomunal, gigantesca, enorme. Y, como ha demostrado Google, el acceso a la educación siempre ha estado ahí. Lo que no hay es interés.

    • María dice:

      Muchísimas gracias por tu aportación. Entiendo tu frustración… Tienes toda la razón sobre todo en esto: sin interés, falla todo lo demás. Y ese interés es casi siempre la carencia más común. Mucho mucho ánimo!

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